Dichosos, los que creen, sin haber visto. Jueves, 23 de septiembre 2021
- Eduardo Ibáñez García
- 22 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Vigesimoquinta semana
Jueves, 23 de septiembre 2021 – Memoria de, San Pío de Pietrelcina
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen
Oración:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste, a San Pío de Pietrelcina, presbítero, la gracia singular, de participar de la cruz de tu Hijo; y renovaste, por su ministerio, las maravillas de tu misericordia; concédenos, por su intercesión que, asociados siempre a los sufrimientos de Cristo, lleguemos felizmente, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera lectura: Ageo 1, 1-8
El profeta Ageo, proclama que, esto dice, el Señor: “Este pueblo mío, anda diciendo que, todavía no ha llegado el momento, de reconstruir el templo.” Y, añadió: “Suban al monte, traigan madera y construyan el templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice el Señor.” (Ageo 1, 2. 7-8).
Salmo: 149, 1-6. 9
El Señor, es amigo de su pueblo. En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor, es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes (Salmo: 104, 3-4).
Evangelio: San Lucas 9, 7-9
El evangelista San Lucas, proclama que, el rey Herodes, se enteró, de todos los prodigios, que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías; y otros, que había vuelto a la vida, uno de los antiguos profetas. Pero, Herodes decía: A Juan, yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo, semejantes cosas? Y tenía curiosidad, de ver a Jesús (Lucas 9, 7-9).
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II


Fue ordenado sacerdote, el 10 de agosto de 1910, en la Catedral de Beneveto; y en febrero de ese año, se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció, hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.
(Juan 20,29).
Él, habla de nosotros, es a nosotros, que nos señala. ¡Que se cumpla pues, en nosotros, esta bienaventuranza, que el Señor prometió! Porque creemos firmemente, lo que no hemos visto; los que lo vieron, nos lo han anunciado, para que estemos en comunión con ellos y tengamos, la plenitud de la fe (Juan 20, 4).
San Juan escribe: Les anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso, que hemos visto y oído, se los anunciamos (1 Juan 1, 2-3).Presten, atención: Les anunciamos, eso que hemos visto y oído.
Ellos vieron al mismo Señor, presente en carne, escucharon de la boca del Señor, sus palabras y nos las anunciaron. Y nosotros, sin duda, también las hemos escuchado, pero no le hemos visto ¿Es que, somos menos dichosos, que los que le vieron y escucharon? Entonces, ¿Por qué San Juan, añade? Les anunciamos, para que estén, unidos con nosotros.
Ellos vieron, nosotros no hemos visto; y, sin embargo, estamos unidos a ellos, porque tenemos la misma fe. Al discípulo, que pidió tocar para creer... el Señor, le dijo, para consolarnos a nosotros, que no podemos tocar, pero podemos llegar al Señor, por la fe: Dichosos, los que creen, sin haber visto (Juan 20,29). Él, habla de nosotros, es a nosotros, que nos señala. ¡Que se cumpla pues, en nosotros, esta bienaventuranza, que el Señor prometió!
Creemos firmemente, lo que no hemos visto; los que lo vieron, nos lo han anunciado, para que estemos en comunión con ellos y tengamos la plenitud de la fe (Juan 20, 4).
Adaptación del texto de
San Agustín (354-430)
Obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
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