Dios, desde su corazón. Miércoles, 21 de julio 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 20 jul 2021
- 2 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Decimosexta semana
Miércoles, 21 de julio 2021
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen
Oración:
Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu, cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera lectura: Éxodo 16, 1-5. 9-15
Toda la comunidad de los hijos de Israel, murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: …Ustedes, nos han traído a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud. Entonces, dijo el Señor, a Moisés: “Voy a hacer, que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga, a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar, si guarda mi ley o no. El día sexto, recogerán el doble, de lo que suelen recoger cada día y guardarán una parte, para el día siguiente.” (Éxodo 16, 2-5).
Salmo: 77, 18-19. 23-28
El Señor, les dio pan del cielo. Quisieron poner a prueba a Dios, pidiéndole comida a su capricho; y murmuraban contra él, diciendo: ¿Podrá Dios, prepararnos un banquete en el desierto? (Salmo: 77, 18-19).
Evangelio: San Mateo 13, 1-9
El evangelista San Mateo, proclama que, salió Jesús, de la casa donde se hospedaba y subió a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces, Jesús, les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo: “Una vez, salió un sembrador a sembrar; y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron… otros cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.” (Mateo 12, 46-50).
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Dios, desde su corazón
Nos da, su amor providente a todos, sin distinción; siempre, se ha mostrado cercano y solidario, nos escucha, guía y libera; no solo de la esclavitud de nuestros pecados, sino de todos los problemas, que nos persiguen; y sigue haciendo llover maná, esperanza y vida, en un mundo de muerte y miserias.
Jesús, nos invita, a fortalecer nuestra confianza en Dios, aún, en medio de las dificultades del camino. No es buena actitud la murmuración, como tampoco las zarzas y las piedras, ante la semilla sembrada.
El ideal, propuesto por Jesús, es la tierra buena y fértil, que representa obediencia y docilidad, al proyecto de Dios.
Ante la murmuración del pueblo, la respuesta de Dios, sigue siendo siempre, la misma: su amor y providencia, dándoles lo que necesitan, para el camino, el agua, las codornices y especialmente el pan, yo haré llover pan del cielo.
Dios, siempre se ha mostrado cercano y solidario, nos escucha, guía y libera; no solo de la esclavitud de nuestros pecados, sino de todos los problemas que nos persiguen; y sigue haciendo llover maná, esperanza y vida, en un mundo de muerte y miserias.
Nos da, su amor providente a todos, sin distinción, desde su corazón solidario; especialmente, para con los más pobres.
Adaptación del texto de
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