El acto de fe, más bello. Lunes, 15 de febrero 2021 - (Reflexión)

Tiempo Ordinario I – Ciclo B

Sexta semana

Lunes 15 de febrero – 2021

• Primera lectura: Génesis 4, 1-15. 25

El Señor, le dijo entonces a Caín: “¿Por qué te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te sentirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta, acechándote como fiera, pero tú debes dominarlo”. Un día, Caín le dijo a su hermano Abel, vamos al campo. Y cuando estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Entonces el Señor, le preguntó a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano?” Caín le respondió: No lo sé ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? El Señor, le dijo: “¿Qué es, lo que has hecho? ¿No oyes, cómo la sangre de tu hermano, está clamando a mí, desde la tierra?” (Génesis 4, 6-10)

• Salmo: 49, 1. 8. 16-17. 20-21

Te ofreceremos, Señor, sacrificios de alabanza. ¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? (Salmo: 49, 16-17)

• Evangelio: San Marcos 8, 11-13

El evangelista San Marcos, proclama que, se acercaron a Jesús, los fariseos y se pusieron a discutir con Él; y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús, suspiró profundamente y dijo: “¿Por qué esta gente, busca una señal? Les aseguro, que a esta gente no se le dará ninguna señal”. (Marcos 8, 11-12)

Lecturas consultadas en:

Id y enseñad,

La Biblia Latinoamérica,

La Biblia de las Américas y

Nuevo Misal del Vaticano II

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El acto de fe, más bello

Es el que brota de los labios, en plena oscuridad, en medio de los sacrificios, los sufrimientos, en el supremo esfuerzo, de una voluntad firme de hacer el bien. Como el rayo, este acto de fe, rasga las tinieblas de tu alma; en medio de los relámpagos de la tormenta te levanta y te conduce a Dios.

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El acto de fe más bello, es el que brota de los labios, en plena oscuridad, en medio de los sacrificios, los sufrimientos, en el supremo esfuerzo, de una voluntad firme de hacer el bien. Como el rayo, este acto de fe, rasga las tinieblas de tu alma; en medio de los relámpagos de la tormenta te levanta y te conduce a Dios.

La fe viva, la certeza inquebrantable y la adhesión incondicional, a la voluntad del Señor, es la luz que ilumina, los pasos del pueblo de Dios en el desierto. Es esta misma luz, la que brilla a cada instante, en todo espíritu agradable al Padre. Es esta la luz, que ha conducido a los magos y les ha hecho, adorar al Mesías recién nacido. Es la estrella profetizada por Balaam (Números 24, 17), la antorcha que guía los pasos de todo hombre, que busca a Dios.

Ahora bien, esta estrella, esta antorcha, son las que igualmente iluminan tu alma, las que dirigen tus pasos, para evitar que vacilen: las que fortalecen tu espíritu en el amor de Dios. Tú, no las ves, no las comprendes, pero no es necesario. No verás más que tinieblas, pero, ciertamente, no las de los hijos de la perdición, sino las que envuelven al Sol eterno. Ten por seguro, que este Sol, resplandece en tu alma; porque el profeta del Señor lo ha cantado, refiriéndose a ella: Tu luz, nos hace ver la luz (Salmo 36, 10).

Adaptación del texto del San Pío de Pietrelcina (1887-1968)

Padre capuchino