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El amor, de Dios. (3ª. Parte) T-14 7-12-19

  • Eduardo Ibáñez García
  • 7 dic 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 12 may 2021

El amor, de Dios


Antes del deber y del mandamiento, siempre está el don, el don de Dios.

Antes de pedirnos algo, Dios nos da algo, nos da su amor.

Antes de empezar algo, es necesario poner el amor de Dios, ante todos.

Él quiere, asegurarnos, su amor.


3. Amor materno y Amor paterno


Padre Raniero Cantalamessa


El amor PATERNO, se sabe hoy por la psicología, está hecho de ESTÍMULO, de SOLICITUD. El Padre, quiere hacer crecer a su hijo y llevarlo a su plena madurez; por eso, un padre difícilmente, alaba de manera incondicional al hijo en su presencia, tiene miedo de que crea, que ya ha llegado a su meta y ya no progrese más ¿verdad?


Por el contrario, él corrige a menudo al hijo, dice: ¿Qué hijo hay, a quien su padre no corrija? Y también está escrito: El Señor corrige, a los que ama. Pero no sólo esto, el padre no tendría que ser, solo uno que empuja, que estimula; sino uno que da libertad y seguridad en la vida. Y así es nuestro Padre Celestial, Dios. El se presenta a nosotros en la Biblia, como nuestra ROCA, nuestro BALUARTE, nuestra PODEROSA SALVACIÓN.


El amor MATERNO, en cambio, está hecho de ACOGIDA y de TERNURA. Es un amor ENTRAÑABLE, parte de las más profundas fibras, del ser de la madre, donde se ha formado la criatura, que a partir de ahí, se apodera de todo su ser, haciéndola estremecerse de compasión, ante cualquier cosa; incluso si es algo terrible, que haya hecho un hijo; y si vuelve, la primera reacción de la madre, siempre es abrirle los brazos y acogerlo. Es mi niño, parece decirle a los demás, casi excusándose. Si un hijo, tras haberse escapado de casa, vuelve, es la madre la que debe suplicar y convencer al Padre, para que lo acoja y no le dirija demasiadas palabras duras.


En el ámbito humano, estos dos tipos de amor, PATERNO y MATERNO, siempre están claramente distintos, varones y hembras, padres y madres. En Dios, en cambio, no. Por eso, el amor de Dios, se expresa a veces también explícitamente, con la imagen del amor MATERNO. ¿Puede una madre, olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? dice Dios, por medio del profeta Isaías; incluso si hubiera tales madres, ¡Yo no! Como un niño, a quien su madre consuela, así los consolaré Yo, dice Dios. Cada una de esas palabras, puede ser para uno en particular; cada una de las palabras que escuchan, traten de reconocer, la que va dirigida a cada uno de ustedes ¡porque para Dios, basta una palabra, una sola, para cambiar un corazón! Nosotros, necesitamos muchas palabras, muchas horas para hablar, pero Dios no.

Yorumlar


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Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Molino de las Flores zona 2 de Mixco, Guatemala

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