top of page

El que no está contra nosotros, está por nosotros. (Homilía dominical)

  • Eduardo Ibáñez García
  • 25 sept 2021
  • 4 Min. de lectura

Día del Señor


Tiempo ordinario II – Ciclo B

Vigesimosexto domingo

26 de septiembre 2021


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen


Oración:

Señor Dios, que manifiestas tu poder, de una manera admirable, sobre todo, cuando perdonas y ejerces tu misericordia; multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos, hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes, de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

  • Primera lectura: Números 11, 25-29

El Señor, descendió de la nube y habló con Moisés. Tomó, del espíritu que reposaba sobre Moisés y se lo dio, a los setenta ancianos. Cuando el espíritu, se posó sobre ellos, se pusieron a profetizar… Eldad y Medad, estaban profetizando en el campamento. Entonces, Josué… a Moisés, le dijo: Señor mío, prohíbeselo. Pero, Moisés, le respondió: ¿Crees que, voy a ponerme celoso? Ojalá, que todo el pueblo de Dios, fuera profeta y descendiera sobre todos ellos, el espíritu del Señor (Números 11, 25-29).

  • Salmo: 18, 8-9. 12-14

Los mandamientos del Señor, alegran el corazón. La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor, son verdaderos y enteramente justos (Salmo: 18, 9).

  • Segunda lectura: Santiago 5, 1-6

El apóstol Santiago, dice: Lloren y laméntense, ustedes, los ricos, por las desgracias, que les esperan. Sus riquezas, se han corrompido; la polilla, se ha comido sus vestidos; enmohecidos están su oro y su plata; y ese moho, será una prueba contra ustedes y consumirá sus carnes, como el fuego. Con esto, ustedes han atesorado un castigo, para los últimos días (Santiago 5, 1-3).


¡Aleluya! ¡Aleluya! Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. Aleluya.

  • Evangelio: San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

El evangelista San Marcos, proclama que, Juan, le dijo a Jesús: Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos. Pero, Jesús, le respondió: “No se lo prohíban, porque no hay ninguno, que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz, de hablar mal de mí. Todo aquel, que no está contra nosotros, está a nuestro favor. Todo aquel, que les dé a beber un vaso con agua, por el hecho de que son de Cristo, les aseguro, que no se quedará sin recompensa.” (Marcos 9, 38-41).


Lecturas consultadas en:


Id y enseñad,

La Biblia Latinoamérica,

La Biblia de las Américas y

Nuevo Misal del Vaticano II

 

Si alguno, quiere ser el primero

(Marcos 9)


“No se lo prohíban, porque no hay ninguno, que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz, de hablar

mal de mí. Todo aquel, que no está contra nosotros,

está a nuestro favor. (Versículos 39-40)

 

El que no está contra nosotros, está por nosotros


Uno de los apóstoles, San Juan, vio expulsar demonios en nombre de Jesús, a uno que no era del círculo de los discípulos y se lo prohibió. Al contarle el incidente, al Maestro, se oye que, Él, responde: No se lo impidas... El que no está contra nosotros, está por nosotros.

Se trata, de un tema de gran actualidad. ¿Qué pensar de los de fuera, que hacen algo bueno y presentan, las manifestaciones del Espíritu, sin creer aún en Cristo y adherirse a la Iglesia? ¿También ellos, se pueden salvar?

La teología, siempre ha admitido la posibilidad, para Dios, de salvar a algunas personas, fuera de las vías ordinarias, que son la fe en Cristo, el bautismo y la pertenencia a la Iglesia. Esta certeza se ha afirmado, sin embargo, en época moderna, después de que, los descubrimientos geográficos y las aumentadas, posibilidades de comunicación entre los pueblos; obligaron a tomar nota, de que había incontables personas que, sin culpa suya alguna, jamás habían oído, el anuncio del Evangelio o lo habían oído de manera impropia, de conquistadores o colonizadores sin escrúpulos, que hacían bastante difícil aceptarlo. El Concilio Vaticano II, dijo que el Espíritu Santo, ofrece a todos, la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual de Cristo; y por lo tanto, se salven (Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia y el mundo actual, n. 22).

¿Ha cambiado entonces, nuestra fe cristiana? No, con tal de que, sigamos creyendo dos cosas: primero, que Jesús es, objetivamente y de hecho, el Mediador y el Salvador único, de todo el género humano; y que también, quien no le conoce, si se salva, se salva gracias a Él y a su muerte redentora. Segundo: que también, los que aun, no perteneciendo a la Iglesia visible, están objetivamente orientados hacia ella, forman parte de esa Iglesia más amplia, conocida sólo por Dios.

Dos cosas, en nuestro pasaje del Evangelio, parece exigir Jesús, de estas personas de fuera: Primero, que no estén contra Él; o sea, que no combatan positivamente la fe y sus valores, esto es, que no se pongan voluntariamente contra Dios. Segundo: que, si no son capaces, de servir y amar a Dios, sirvan y amen al menos a su imagen, que es el hombre, especialmente el necesitado. Dice, de hecho, a continuación de nuestro pasaje, hablando aún de aquellos de fuera: Todo aquel, que les dé de beber un vaso con agua, por el hecho de que son de Cristo, les aseguro, que no perderá su recompensa.

Pero, aclarada la doctrina, creo que es necesario rectificar, también, algo más; y es la actitud interior, la psicología de nosotros, los creyentes. Se puede entender, pero no compartir, la mal escondida contrariedad, de ciertos creyentes, al ver caer todo privilegio exclusivo, ligado a la propia fe en Cristo y a la pertenencia a la Iglesia: Entonces, ¿De qué sirve, ser buenos cristianos...? Deberíamos, al contrario, alegrarnos inmensamente, frente a estas nuevas aperturas, de la teología católica. Saber que nuestros hermanos de fuera, también, tienen la posibilidad de salvarse: ¿Qué existe, que sea más liberador y qué confirma mejor, la infinita generosidad de Dios y su voluntad de que, todos los hombres se salven (1 Timoteo 2, 4)? Deberíamos, hacer nuestro, el deseo de Moisés, recogido en la primera lectura de este domingo: ¡Quisiera de Dios, que le diera a todos su Espíritu!

¿Debemos, con esto, dejar a cada uno tranquilo, en su convicción y dejar de promover la fe en Cristo, dado que, uno se puede salvar también, de otras maneras? Ciertamente, no. Sólo deberíamos, poner más énfasis, en el motivo positivo, que en el negativo. El negativo, es: Crean en Jesús, porque quien no cree en Él, estará condenado eternamente; el motivo positivo es: Crean en Jesús, porque es maravilloso, creer en Él, conocerle, tenerle al lado como Salvador, en la vida y en la muerte.


Adaptación del texto de la homilía del

P. Raniero Cantalamessa, ofmcap

Comments


MESC
SNSSC

Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Molino de las Flores zona 2 de Mixco, Guatemala

  • Facebook

Encuéntranos en Facebook

©2020 por MESC SNSSC

bottom of page