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Encarnado por obra del Espíritu Santo, en María Virgen (4 y final) T-75. 30-01-2021

  • Eduardo Ibáñez García
  • 29 ene 2021
  • 4 Min. de lectura

Encarnado por obra del Espíritu Santo,

en María Virgen


Por Raniero Cantalamessa,

Predicador de la Casa Pontificia




4. El tercer nacimiento de Jesús


Ahora, intentemos ver, lo que significa para nosotros, el misterio del nacimiento de Jesús, de María Virgen, por obra del Espíritu Santo. Hay un pensamiento osado sobre la Navidad, que pasó de una época a otra, en la boca de los más grandes doctores y maestros del espíritu de la Iglesia: Orígenes, San Agustín, San Bernardo y otros. El cual dice en sustancia, así: ¿De qué me serviría a mí, que Cristo haya nacido de María, una vez en Belén; si él no nace por fe, también en mi corazón?. ¿Dónde es que Cristo nace en el sentido más profundo, sino en tu corazón y en tu alma? escribe san Ambrosio.


Santo Tomás de Aquino, recoge la tradición constante de la Iglesia, cuando explica las tres misas, que se celebran en Navidad, en referencia al triple nacimiento del Verbo: aquella del Padre, la temporaria de la Virgen y la espiritual del alma creyente. Haciéndose eco de esta tradición, San Juan XXIII, en el mensaje navideño de 1962, elevaba esta ardiente oración: Oh verbo eterno del Padre, Hijo de Dios y de María, innova también hoy, en el secreto de las almas, el admirable prodigio de tu nacimiento.


¿De dónde viene esta idea osada, de que Jesús, no solamente ha nacido para nosotros, sino también en nosotros? San Pablo, habla de Cristo, que debe formarse en nosotros (Gálatas 4, 19); dice también, que en el bautismo, el cristiano se reviste de Cristo (Romanos 13, 14) y que Cristo, tiene que venir a habitar por la fe, en nuestros corazones (Efesios 3, 17). El tema, del nacimiento de Cristo en el alma, reposa sobre todo, en la doctrina del cuerpo místico. De acuerdo con ella, Cristo repite místicamente en nosotros, lo que ha obrado una vez para nosotros, en la historia. Esto vale para el misterio pascual, pero también para el misterio de la encarnación: El Verbo de Dios, escribe San Máximo Confesor, quiere repetir en todos los hombres, el misterio de su encarnación.

El Espíritu Santo, nos invita por lo tanto, a volver al corazón, para celebrar en este, una Navidad más íntima y más verdadera, que vuelva verdadera también, la Navidad que celebramos exteriormente, en los retiros y en las tradiciones.


El Padre, quiere generar en nosotros a su Verbo, para poder pronunciar siempre y nuevamente, dirigiéndose a Jesús y a nosotros juntos, aquella dulcísima palabra: Tú, eres mi hijo; hoy te he generado (Hebreos 1, 5). El mismo Jesús, desea nacer en nuestro corazón. Es así que, lo debemos pensar en la fe: como si en estos últimos días de Adviento, Él pasase en medio de nosotros y golpeara de puerta en puerta, como aquella noche en Belén, en la búsqueda de un corazón, en el cual nacer espiritualmente.


San Buenaventura, ha escrito un opúsculo titulado: Las cinco fiestas, del Niño Jesús. Allí escribe, qué quiere decir concretamente, hacer nacer a Jesús, en el propio corazón. El alma devota, escribe, puede espiritualmente, concebir al Verbo de Dios, como María en la Anunciación, darlo a luz como María en la Navidad, darle el nombre como en la Circuncisión, buscarlo y adorarlo con los Magos en la Epifanía y finalmente, ofrecerlo al Padre como en la Presentación del Templo.


El alma, explica, concibe a Jesús, cuando descontenta de la vida que conduce, estimulada por santas inspiraciones y encendiéndose de santo ardor; y para concluir, tomando distancia decididamente, de sus viejos hábitos y defectos, es como fecundada espiritualmente, por la gracia del Espíritu Santo y concibe en propósito de una vida nueva. ¡Fue la concepción de Cristo!


Este propósito de vida nueva, debe entretanto traducirse, sin tardar, en algo concreto, en un cambio posiblemente también externo y visible, en nuestra vida y en nuestros hábitos. Si el propósito, no es puesto en práctica, Jesús, es concebido, pero no es dado a luz. ¡No se celebra, la segunda fiesta del Niño Jesús, que es en Navidad. Es un aborto espiritual, uno de los numerosos dejar para después, de lo cual la vida está llena y una de las razones principales, por las cuales tan pocas personas, se vuelven santos.


Si decides cambiar estilo de vida, dice san Buenaventura, deberás enfrentar dos tipos de tentaciones. Primero, se te presentarán los hombres carnales de tu ambiente, para decirte: es demasiado arduo, lo que emprendes; no lo lograrás nunca, te faltarán las fuerzas, te perjudicarás la salud; estas cosas no van bien con tu situación, comprometes el buen nombre y la dignidad de tu cargo…


Superado este obstáculo, se presentarán otros, que tienen fama de ser; y quizás lo son también de hecho, personas pías y religiosas, pero que no creen verdaderamente, en la potencia de Dios y de su Espíritu. Estos te dirán, que si inicias a vivir de esta manera -dando tanto espacio a la oración, evitando las críticas inútiles, haciendo obras de caridad- serás considerado en breve un santo, un hombre espiritual; y como tú sabes muy bien de no serlo, acabarás por engañar a la gente y a ser un hipócrita, atrayendo sobre ti la ira de Dios, que indaga los corazones. ¡Deja, tienes que hacer como todos!


A todas estas tentaciones, hay que responder con fe: ¡No se ha vuelto demasiado corta, la mano del Señor, al punto de no poder salvarnos! (Isaías 59, 1); y casi con ira contra nosotros mismos, exclamar como San Agustín, a la vigilia de su conversión: Si estos y estas ¿Por qué no, yo también?.


Terminemos recitando la oración, encontrada en un antiguo papiro, en el que la Virgen es invocada, con el título de Theotokos, Dei genitrix, Madre de Dios:


Sub tuum praesidium confugimus,

Sancta Dei Genetrix.

Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus,

sed a periculis cunctis libera nos semper,

Virgo gloriosa et benedicta.


Bajo tu amparo nos acogemos,

Santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas

que te dirigimos en nuestras necesidades,

antes bien, líbranos de todo peligro,

¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

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