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¿Es Jesús Dios? (5) T-42. 13-06-2020

  • Eduardo Ibáñez García
  • 12 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

¿Es Jesús Dios?

P. Raniero Cantalamessa, ofmcap


 


¿Es posible, que Jesús, estaba mintiendo?


Aún, los críticos más severos de Jesús, rara vez han dicho, que era un mentiroso. Sin duda, esa etiqueta no concuerda, con las elevadas enseñanzas morales y éticas de Jesús. Pero si Jesús, no es quien afirmaba ser, debemos considerar la opción, de que Él engañaba a todos intencionalmente.


Uno de los trabajos políticos, más conocidos y más influyentes de todos los tiempos, fue escrito por Nicolás Maquiavelo en 1532. En su obra clásica, El Príncipe, Maquiavelo exalta el poder, el éxito, la imagen y la eficiencia por encima de la lealtad, la fe y la honestidad. Según Maquiavelo,


mentir está bien, si logra un fin político.


¿Podría Jesucristo, haber construido toda su vida pastoral, a partir de una mentira, sólo para obtener el poder, la fama o el éxito? De hecho, los opositores judíos de Jesús, trataron constantemente de exponerlo, como un fraude y un mentiroso. Ellos lo inundaban con preguntas, a fin de tenderle una trampa, para que se contradijera. Sin embargo, Jesús, respondía con una notable coherencia.


La pregunta que debemos analizar es ¿Qué podría motivar a Jesús, a vivir su vida entera como una mentira? Él enseñó, que Dios se oponía a la mentira y a la hipocresía; por lo cual, Él, no lo estaría haciendo, para complacer a su Padre. Él, claramente no mintió, para beneficio de sus seguidores, dado que todos, menos uno, fueron martirizados, por no renegar de su Divinidad. Los apóstoles, creían que Jesús es Dios. Y entonces, nos quedamos con sólo dos explicaciones razonables, cada una de las cuales es problemática.


Beneficio


Mucha gente, ha mentido por ganancia personal; de hecho, la motivación de la mayoría de las mentiras, es algún beneficio percibido, para uno mismo. ¿Qué podría haber esperado ganar Jesús, al mentir sobre su identidad? El poder, sería la respuesta más obvia. Si la gente creía que Él era Dios, Él tendría un enorme poder (Es por eso que muchos líderes antiguos, tales como los Césares, afirmaban su origen divino).


El problema con esta explicación, es que Jesús, rechazó todos los intentos, de posicionarlo para el poder establecido; y más bien, criticó duramente, a aquellos que abusaron de dicho poder y vivieron sus vidas persiguiéndolo. Además, Él, optó por acercarse a los marginados (las prostitutas y los leprosos), aquellos que no tenían poder, creando una red de gente, cuya influencia era menos que cero; de una manera, que sólo puede ser descrita como extraña; o sea, que todo lo que Jesús hizo y dijo, iba en dirección diametralmente opuesta al poder.


Parecería que, si el poder fue la motivación de Jesús, Él habría evitado la cruz a toda costa; sin embargo, en varias ocasiones, Él les dijo a sus discípulos, que la cruz era su destino y misión. ¿Cómo podría ser, que morir en una cruz romana, le traería a uno poder?


La muerte, por supuesto, pone todo en perspectiva. Y mientras que, muchos mártires han muerto, por una causa en la que ellos creían; pocos han estado dispuestos a morir, por una mentira conocida. Sin duda, toda esperanza, para la propia ganancia personal de Jesús, habría terminado en la cruz; sin embargo, hasta en su último suspiro, Él se negó a renunciar a su afirmación, de ser el único Hijo de Dios. El estudioso del Nuevo Testamento, J. I. Packer, señala que este título, es una afirmación de la divinidad personal de Jesús.


Un Legado


Por lo tanto, si Jesús, estaba por encima de mentir, para su propio beneficio, quizás sus afirmaciones radicales, fueron falseadas con el propósito de dejar un legado. Pero, la posibilidad de recibir una tremenda paliza y ser clavado a una cruz, enfriaría rápidamente, el entusiasmo de la mayoría de las superestrellas en potencia.


Y hay otro hecho fascinante, si Jesús, simplemente hubiera renunciado, a su afirmación de ser el Hijo de Dios, Él nunca habría sido condenado. Fue su afirmación de ser Dios y no estar dispuesto, a retractarse de ello, que lo llevó a la crucifixión.


Si aumentar su credibilidad y reputación histórica, fue lo que motivó a Jesús a mentir, hay que explicar, cómo un hijo de carpintero, de un pueblo pobre de Judea, pudo prever los eventos, que catapultarían su nombre a la prominencia mundial ¿Cómo sabría, que su mensaje sobreviviría? Los discípulos de Jesús, habían huido y Pedro, lo había negado. No es precisamente la fórmula, para dar inicio a un legado religioso.


¿Los historiadores, creen que Jesús mintió? Los estudiosos, han analizado en detalle, las palabras y vida de Jesús, para ver si hay alguna evidencia, de un defecto en su carácter moral. De hecho, incluso los más ardientes escépticos, están sorprendidos por la pureza moral y ética de Jesús.


Según el historiador Philip Schaff, no hay evidencia, ni en la historia de la iglesia, ni la historia secular, de que Jesús haya mentido acerca de algo. Schaff argumentó, ¿Cómo, en nombre de la lógica, el sentido común y la experiencia, podría un hombre mentiroso, egoísta y depravado haber inventado y continuamente mantenido, desde el principio hasta el fin; el más puro y noble carácter, conocido en la historia, con el más perfecto aire de verdad y realidad?


La opción de mentiroso, parece nadar contra corriente, ante todo lo que Jesús enseñó, vivió y por lo que murió. Para la mayoría de los estudiosos, simplemente no tiene sentido. Sin embargo, para negar las afirmaciones de Jesús, uno debe ofrecer alguna explicación; y si las afirmaciones de Jesús, no son verdaderas y Él no estaba mintiendo, la única opción que queda, es que, Él debió haberse engañado a sí mismo.


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