¡Escúchenle! (Homilía dominical)
- Eduardo Ibáñez García
- 27 feb 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 20 jul 2021
Día del Señor
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Segundo domingo
28 de febrero – 2021
Primera lectura: Génesis 22, 1-2. 9-13. 15-18
Dios, le puso una prueba a Abraham, cuando le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo como sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré”. En el sitio, que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña y tomó el cuchillo para degollarlo. Pero el ángel del Señor, lo llamó desde el cielo y le dijo: No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único. (Génesis 22, 2. 9-12)
Salmo: 115, 10. 15. 16-19
Siempre confiaré, en el Señor. Aún abrumado de desgracias, siempre confié en Dios. A los ojos del Señor, es muy penoso que mueran sus amigos. (Salmo 115, 10. 15)
Segunda Lectura: Romanos 8, 31-34
San Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los romanos les dice: Hermanos: Si Dios está a nuestro favor ¿Quién estará, en contra nuestra? Él, que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿Cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará, a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿Quién será, el que los condene? (Romanos 8, 31-34)
Evangelio: San Marcos 9, 2-10
El evangelista San Marcos, proclama que, Jesús, tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan; subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia... Después, se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra; y de esta nube, salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo”. En ese momento, miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos. (Marcos 9, 2. 4. 7-8)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

La Trasfiguración, de Jesús
(Marcos 9)
… Jesús, tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan; subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. (Versículo 2)
¡Escúchenle!
Este es mi Hijo amado, escúchenle. Con estas palabras, Dios Padre, daba a Jesucristo a la humanidad, como su único y definitivo Maestro, superior a las Leyes y a los profetas.
¿Dónde habla Jesús hoy, para que le podamos escuchar? Nos habla, ante todo, a través de nuestra conciencia. Ella es, una especie de repetidora, instalada dentro de nosotros, de la misma voz de Dios. Pero por sí sola, ella no basta. Es fácil hacerle decir, lo que nos gusta escuchar. Por ello, necesita ser iluminada y sostenida, por el Evangelio y por la enseñanza de la Iglesia.
El Evangelio, es el lugar, por excelencia, en el que Jesús nos habla hoy. Pero sabemos por experiencia, que también las palabras del Evangelio, pueden ser interpretadas de maneras distintas. Quien nos asegura, una interpretación auténtica es la Iglesia, instituida por Cristo, precisamente para tal fin: Quien a ustedes los escucha, a mí me escucha (Lucas 10, 16). Por esto, es importante que busquemos, conocer la doctrina de la Iglesia, conocerla de primera mano, como ella misma la entiende y la propone, no en la interpretación -frecuentemente distorsionada y reductiva- de los medios de comunicación.
Casi igualmente importante, que saber dónde habla Jesús hoy, es saber dónde no habla. Él no habla, ciertamente, a través de magos, adivinos, nigromantes, oradores de horóscopos, pretendidos mensajes extraterrestres; no habla en las sesiones de espiritismo, en el ocultismo. Y es en la Escritura, donde leemos esta advertencia al respecto: No ha de haber en ti, nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia; ningún encantador, ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas, es una abominación para Yahvé, tu Dios (Deuteronomio 18, 10-12).
Estos eran los modos típicos, de referirse a lo divino de los paganos, que sacaban auspicios consultándole a los astros, a vísceras de animales, al vuelo de los pájaros. Con esa palabra, de Dios ¡Escuchadle! todo aquello se acabó. Hay un solo mediador, entre Dios y los hombres; no estamos obligados, a ir a tientas, para conocer la voluntad divina, a consultar esto o aquello. En Cristo, tenemos todas las respuestas.
Lamentablemente, hoy aquellos ritos paganos, vuelven a estar de moda. Como siempre, cuando disminuye la verdadera fe, aumenta la superstición. Tomemos, la cosa más inocua de todas, el horóscopo. Se puede decir, que no hay periódico o emisora de radio, que no ofrezca diariamente, a sus lectores u oyentes, el horóscopo. Para las personas maduras, dotadas de un mínimo de capacidad crítica o de ironía, eso no es más, que una inocua tomadura de pelo recíproca, una especie de juego y de pasatiempo.
Pero mientras tanto, miremos los efectos a la larga. ¿Qué mentalidad se forma, especialmente en los niños y en los adolescentes? Es aquella, según la cual, el éxito en la vida no depende del esfuerzo, de aplicación en el estudio y constancia en el trabajo, sino de factores externos, imponderables; de conseguir, el dirigir ciertos poderes, en provecho propio o ajeno. Peor aún, si todo ello induce a pensar que, en el bien y en el mal, la responsabilidad no es nuestra, sino de las estrellas, como pensaba Don Ferrante, de recuerdo manzonico (en referencia, a la novela Los novios de Alessandro Manzoni, 1785-1873).
Debo aludir a otro ámbito, en el que Jesús no habla y donde, sin embargo, se le hace hablar todo el tiempo. El de las revelaciones privadas, mensajes celestiales, apariciones y voces de naturaleza variada. No digo que Cristo o la Virgen, no puedan hablar también, a través de estos medios. Lo han hecho en el pasado y lo pueden hacer, evidentemente, también hoy. Sólo que antes, de dar por descontado, que se trata de Jesús o de la Virgen; y no de la fantasía enferma de alguno o en el peor de los casos; de espabilados, que especulan con la buena fe de la gente; en tales casos, es necesario tener las garantías necesarias para demostrar que en verdad son Jesús y María. Para ello, se necesita en este campo, esperar el juicio de la Iglesia, no precederlo. Son aún actuales, las palabras que Dante dijo: Sean cristianos, más firmes al moverse, no sean como pluma, que se mueve a cualquier soplo.
San Juan de la Cruz, decía que desde que Dios, en el Tabor, dijo de Jesús: ¡Escuchadle! Él, se hizo, en cierto sentido, mudo; pues ya, lo ha dicho todo; no tiene cosas nuevas que revelar. Quien le pide nuevas revelaciones o respuestas, le ofende, como si todavía, no se hubiera explicado claramente. Dios, sigue diciéndole a todos, la misma palabra ¡Escúchenle a Él! Y lean el Evangelio, porque ahí encontraran, ni más ni menos, lo que buscan.
Adaptación del texto de la homilía del P. Raniero Cantalamessa, ofmcap
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