Felices los que tienen, el espíritu del pobre. Lunes, 7 de junio 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 6 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Décima semana
Lunes, 7 de junio 2021
Primera lectura: 2 Corintios 1, 1-7
Yo Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, hermano nuestro, deseamos a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los cristianos que viven en la provincia de Acaya, la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre lleno de misericordia y Dios que siempre consuela. Él es, quien nos conforta en nuestras tribulaciones, para que nosotros, podamos también confortar, con la misma fuerza que recibimos de Dios, a los que se encuentran atribulados. (2 Corintios 1, 1-4)
Salmo: 33, 2-9
Haz la prueba y verás qué bueno, es el Señor. Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. (Salmo: 33, 8-9)
Evangelio: San Mateo 5, 1-12
El evangelista San Mateo, proclama que, cuando Jesús, vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces, se le acercaron sus discípulos. Enseguida, comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos, los pobres de espíritu, porque de ellos, es el Reino de los cielos. Dichosos, los que lloran, porque serán consolados. Dichosos, los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos, los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos, los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos, los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos, los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios”. (Mateo 5, 1-9)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Felices los que tienen, el espíritu del pobre
Porque de ellos, es el Reino de los cielos. El que entienda bien, esta primera bienaventuranza, ya habrá comprendido las otras siete, que Jesús, presenta en el Evangelio de hoy. Jesús, simplemente proclama, que los hombres, que llevan la herida del pobre, deben saber, que son los primeros, en ser llamados al Reino de Dios.
Tal como antes, lo hiciera Moisés; Jesús, se sube a un monte, para hacerse oír, por la multitud. Pero esta vez, no son mandamientos, los que proclama, sino más bien, un camino a la verdadera felicidad.
Las primeras bienaventuranzas, se refieren, a aquellos que sufren… son palabras de consuelo, pero a la vez, son un llamado, a tomar acción, para eliminar, las causas de sus tribulaciones. En la medida, que los creyentes se esfuercen, por hacer a este mundo, más humano, serán dichosos. Y es, por lo que llama también felices, a los compasivos, a los de corazón limpio; y a los que buscan y trabajan por la paz y la justicia.
Jesús, termina dejando bien claro, los riesgos que asumen, los que tratan de seguir este plan de vida. Su propuesta, va en contra de los poderosos, que ponen la felicidad en determinados valores, empezando por el dinero. Por eso, los seguidores de Jesús, tienen que estar dispuestos, incluso, a sufrir persecución… pero siempre, teniendo presente, la recompensa que se ofrece.
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano
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