Hay que creer, en Jesús. Lunes, 15 de marzo 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 14 mar 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 mar 2021
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Cuarta semana
Lunes 15 de marzo – 2021
Primera lectura: Isaías 65, 17-21
El profeta Isaías, proclama que, esto dice el Señor: “Voy a crear, un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré lo pasado, lo olvidaré de corazón. Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría, por lo que voy a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo en alegría. Me alegraré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo. Ya no se oirán en ella, gemidos ni llantos. (Isaías 65, 17-19)
Salmo: 29, 2. 4-6. 11-13
Te alabaré, Señor, eternamente. Escúchame, Señor y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. (Salmo: 29, 11-13)
Evangelio: San Juan 4, 43-54
El evangelista San Juan, proclama que, salió Jesús de Samaría, para Galilea… Había un funcionario real, que tenía un hijo enfermo, en Cafarnaún. Oyendo que, Jesús, había llegado de Judea a Galilea; fue a verle y le pedía, que bajase a curar a su hijo, que estaba muriéndose... Jesús, le contesta: "Anda, tu hijo, está curado." El hombre, creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro, diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó, a qué hora había empezado la mejoría. Y, le contestaron: Hoy a la una, lo dejó la fiebre. El padre cayó en la cuenta, de que ésa era la hora, cuando Jesús le había dicho: "Tu hijo, está curado." Y creyó él, con toda su familia. Este segundo signo, lo hizo Jesús, al llegar de Judea a Galilea. (Juan 4, 43. 46-47. 50-54)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Hay que creer, en Jesús
Sin exigir prodigios, no hay que exigir a Dios, pruebas de su poder. Y, aunque nuestros ruegos, no fueran escuchados, hay que perseverar igualmente, en la acción de gracias y la alabanza.
Si ustedes, no ven señales y prodigios, no creen (Juan 4, 48). El funcionario real, parece no creer, que Jesús, tenga el poder de resucitar a los muertos. Señor, ten la bondad de venir, antes de que muera mi hijo (Juan 4, 49). Parece, que cree que Jesús, ignora la gravedad de la enfermedad de su hijo. Por esto, Jesús, le reprocha su poca fe, para mostrarle que los signos y prodigios, se realizan, sobre todo, para curar a las almas. Así, Jesús, cura al padre, que está enfermo del espíritu, no menos que al hijo, que está enfermo en su cuerpo. Así nos enseña, que hace falta unirse a Él, no a causa de los milagros, sino por su enseñanza, confirmada por los milagros. Jesús, realiza los prodigios, no para los creyentes, sino para los incrédulos....
Una vez en casa, creyó él y toda su familia (Juan 4, 53). La gente, que no había visto nunca a Jesús, ni oído hablar, creen en Él ¿Qué nos quiere, enseñar el Evangelio? Hay que creer en Él, sin exigir prodigios; no hay que exigir a Dios, pruebas de su poder. En nuestros días ¡Cuánta gente muestra, un amor mayor a Dios, después que su hijo o su mujer, hayan experimentado alivio, en sus enfermedades! Aunque nuestros ruegos, no fueran escuchados, hay que perseverar igualmente, en la acción de gracias y la alabanza. ¡Quedemos unidos a Dios, en la adversidad y en la prosperidad!
Adaptación del texto de San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
Presbítero en Antioquía, obispo de Constantinopla y doctor de la Iglesia

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