top of page

Hay razones, para esperar. (Homilía dominical)

  • Eduardo Ibáñez García
  • 12 jun 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 20 jul 2021

Dia del Señor


Tiempo Ordinario II – Ciclo B

Decimoprimer domingo

13 de junio 2021

  • Primera lectura: Ezequiel 17, 22-24

El profeta Ezequiel, proclama que, así dice, el Señor Dios: “Todos los árboles del campo, sabrán que yo, el Señor, humillo los árboles altos y elevo los árboles pequeños; que seco los árboles lozanos y hago florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré”. (Ezequiel 17, 24)

  • Salmo: 91, 2-3. 13-16

¡Qué bueno, es darte gracias, Señor! ¡Qué bueno, es darte gracias, Dios altísimo; y celebrar tu nombre, pregonando tu amor cada mañana y tu fidelidad, todas las noches! (Salmo: 91, 2-3)

  • Segunda lectura: 2 Corintios 5, 6-10

San Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los corintios les dice: Hermanos: Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos, salir de este cuerpo, para vivir con el Señor. Por eso, procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos, que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo, por lo que hayamos hecho en esta vida. (2 Corintios 5, 13-14)

  • Evangelio: San Marcos 4, 26-34

El evangelista San Marcos, proclama que, Jesús, dijo a la multitud: “El Reino de Dios, se parece a lo que sucede, cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días; y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”. (Marcos 4, 26-29)


Lecturas consultadas en:


Id y enseñad,

La Biblia Latinoamérica,

La Biblia de las Américas y

Nuevo Misal del Vaticano II

 

La semilla, que crece por si sola

(Marcos 4)


Jesús, les dijo: “…un hombre, siembra la semilla en la tierra: pasan las noches y los días; y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece”. (Versículos 26-27)

 

Hay razones, para esperar


La liturgia de hoy, nos propone dos breves parábolas, de Jesús: la de la semilla, que crece por sí misma y la del grano de mostaza (Marcos 4, 26-34). A través, de imágenes tomadas, del mundo de la agricultura; el Señor, presenta el misterio de la Palabra y del Reino de Dios; e indica, las razones de nuestra esperanza y de nuestro compromiso.


En la primera parábola, la atención se centra, en el dinamismo de la siembra: la semilla, que se echa en la tierra, tanto si el agricultor duerme, como si está despierto, brota y crece por sí misma. El hombre, siembra con la confianza, de que su trabajo no será infructuoso. Lo que sostiene, al agricultor en su trabajo diario, es precisamente, la confianza en la fuerza de la semilla y en la bondad de la tierra. Esta parábola, se refiere, al misterio de la creación y de la redención, de la obra fecunda de Dios en la historia. Él es, el Señor del Reino; el hombre es, su humilde colaborador, que contempla y se alegra, de la acción creadora divina; y espera, pacientemente, sus frutos.


La cosecha final, nos hace pensar, en la intervención conclusiva de Dios, al final de los tiempos; cuando Él, realizará plenamente su Reino. Ahora, es el tiempo de la siembra y el Señor, asegura su crecimiento. Todo cristiano, por tanto, sabe bien, que debe hacer todo lo que esté a su alcance, pero que el resultado final, depende de Dios: esta convicción, lo sostiene en el trabajo diario, especialmente en las situaciones difíciles. A este propósito, escribe San Ignacio de Loyola: Actúa, como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad, todo depende de Dios (Pedro de Ribadeneira, Vida de san Ignacio de Loyola).


La segunda parábola, utiliza también, la imagen de la siembra. Aquí, sin embargo, se trata de una semilla específica, el grano de mostaza, considerada, la más pequeña de todas las semillas. Pero, a pesar de su pequeñez, está llena de vida; ya que al germinar, nace un brote, capaz de romper el terreno, de salir a la luz del sol y de crecer, hasta llegar a ser, más alta, que las demás hortalizas (Marcos 4, 32); la debilidad, es la fuerza de la semilla, el germinar es su potencia.


Así, es el Reino de Dios: una realidad humanamente pequeña, compuesta por los pobres de corazón, por los que no confían sólo en su propia fuerza, sino en la del amor de Dios, por quienes no son importantes a los ojos del mundo; y, sin embargo, precisamente a través de ellos, irrumpe la fuerza de Cristo y transforma aquello, que es aparentemente insignificante.


La imagen de la semilla, es particularmente querida por Jesús, ya que expresa bien, el misterio del Reino de Dios. En las dos parábolas de hoy, ese misterio representa, un crecimiento y un contraste: el crecimiento, que se realiza, gracias al dinamismo, presente en la semilla misma y el contraste, que existe, entre la pequeñez de la semilla y la grandeza de lo que produce.


El mensaje, es claro: el Reino de Dios, aunque requiere nuestra colaboración, es ante todo, don del Señor, gracia que precede al hombre y a sus obras. Nuestra pequeña fuerza, aparentemente impotente, ante los problemas del mundo, si se suma a la de Dios, no teme obstáculos, porque la victoria del Señor es segura.


Es, el milagro del amor de Dios, que hace germinar y crecer, todas las semillas de bien, diseminadas en la tierra. Y la experiencia, de este milagro de amor, nos hace ser optimistas, a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal, con que nos encontramos. La semilla brota y crece, porque la hace crecer, el amor de Dios. Que la Virgen María, que acogió como tierra buena, la semilla de la Palabra divina, fortalezca en nosotros esta fe y esta esperanza.


Adaptación del texto de la homilía del

Benedicto XVI, Papa



Comments


MESC
SNSSC

Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Molino de las Flores zona 2 de Mixco, Guatemala

  • Facebook

Encuéntranos en Facebook

©2020 por MESC SNSSC

bottom of page