Homilía del día domingo, 5 de enero - 2020
- Eduardo Ibáñez García
- 4 ene 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 may 2021
Día del Señor
Tiempo de Navidad – Ciclo A
Segundo domingo de Navidad
5 de enero 2020 – Epifanía del Señor a los Reyes Magos
Primera lectura: Isaías 60, 1-6
El profeta Isaías, dice: Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra, espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. (Isaías 60, 1-3)
Salmo: 71, 1-2. 7-8. 10-11
Los reyes de occidente y de las islas, le ofrecerán sus dones. Ante él, se postrarán todos los reyes y todas las naciones. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. (Salmo 71, 10-11)
Segunda lectura: Efesios 3, 2-6
San Pablo apóstol, a los de Éfeso les dice, Hermanos: Ha sido revelado ahora, por el Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas; que, por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes, de la misma promesa en Jesucristo. (Efesios 3, 5-6)
Evangelio: San Mateo 2, 1-12
El evangelista San Mateo, proclama que, Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo. (San Mateo 2, 1-2)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II
Epifanía: La manifestación del Señor a los Reyes Magos
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación; en Occidente, se celebra con esta fiesta, la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía.
La celebración gira en torno a la adoración, a la que fue sujeto el Niño Jesús, por parte de los tres Reyes Magos (Mateo 2, 1-12); como símbolo del reconocimiento del mundo pagano, de que Cristo, es el salvador de toda la humanidad.
La tan entrañable fiesta del 6 de enero, de los Reyes Magos, en la liturgia de la iglesia y en la historia de nuestra fe, se llama la fiesta de la Epifanía, de la manifestación del Señor, porque esa primera experiencia con los Magos de Oriente, es la primera expresión de la llegada del Salvador, del Mesías, del Señor, a nuestra tierra. Venida para todos los pueblos, para todos los tiempos, trayendo la plenitud y la salvación a la humanidad, llegada del Dios de toda plenitud a nuestro mundo, para abrirnos las puertas de la salvación, como los Magos reconocen al llegar para adorarle.
Curiosa paradoja, la de que un niño acostado en un pesebre, rodeado de animales, en la indigencia, por no tener sitio en lugar decente, reconocido por humildes pastores, que representan la imagen de debilidad y de ternura; se le reconozca por los pueblos de la tierra, a quienes representan los Magos, como el que trae la plenitud a la condición humana, su salvación.
Pobre, pequeño, débil y tierno niño, que es imagen y modelo, de cómo el humano está llamado a ser, porque es la imagen y semejanza de Nuestro Señor; pues Dios mismo, es el que yace acostado y dormido en ese pobre pesebre. ¿Y si ahí estuviera, la verdadera condición humana? en lo pequeño, en lo débil, en lo tierno. ¿Y si ese fuera, el verdadero rostro de Dios? El del amor, el de la humanidad limpia y sencilla...
Las lecturas de la fiesta de hoy, nos invitan a aprender a mirar como los Magos, a caminar buscando a Dios; para que al encontrarle, adorarlo y regalarle, lo que somos cada uno de nosotros.
Adaptación del texto de la homilía del
Homilía del P. Raniero Cantalamessa, ofmcap
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