Jesús, le da más importancia… Viernes, 16 de julio 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 15 jul 2021
- 2 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Decimoquinta semana
Viernes, 16 de julio 2021
Oración:
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad, sea siempre dócil a la tuya y que, te sirvamos con un corazón sincero.
Primera lectura: Éxodo 11, 10. 12, 1-14
El Señor, les dijo a Moisés y a Aarón, en tierra de Egipto: “Díganle a toda la comunidad de Israel: El día diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa... Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa, donde vayan a comer el cordero... Castigaré a todos los dioses de Egipto, Yo, el Señor. La sangre les servirá de señal, en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera Yo, la tierra de Egipto.” (Éxodo 12, 3. 7. 12-13).
Salmo: 115, 12-13. 15-18
Cumpliré mis promesas, al Señor. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo (Salmo: 115, 17-18).
Evangelio: San Mateo 12, 1-8
El evangelista San Mateo, proclama que, atravesaba Jesús, por los sembrados; y Los discípulos, que iban con él, tenían hambre; y se pusieron, a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: Tus discípulos, están haciendo algo, que no está permitido, hacer en sábado. Él, les contestó: “Si ustedes comprendieran, el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían, a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre, también es dueño del sábado.” (Mateo 11, 28-30).
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Jesús, le da más importancia…
…a las necesidades de sus discípulos; con eso demuestra, su libertad de espíritu, para amar al prójimo; y el reconocimiento, al valor de la persona, por encima de las leyes. El que tiene hambre, entra en la misma categoría de los pobres y necesitados, a los cuales nos compromete atender, la misericordia que Jesús nos enseña.
Jesús, nos recuerda el valor relativo de las leyes, ante la persona humana y sus necesidades. Los fariseos, nunca entendieron esto, ellos tenían hambre y no les importó, el cumplimiento de le ley.
Jesús, le da más importancia, a las necesidades de sus discípulos; con eso demuestra, su libertad de espíritu, para amar al prójimo; y el reconocimiento, al valor de la persona, por encima de las leyes.
Jesús, en la Eucaristía, ofrece su cuerpo y sangre para todos, sin distinción y sin restricción alguna. En ese banquete pascual, el vino representa la sangre ofrecida, para nuestra liberación; y el pan, es el signo de la fraternidad comunitaria.
En esa fiesta de la pascua, se presentan algunos signos y procesos: el vestido, el modo de cocinar el cordero, la prisa; y por último, una condición de fraternidad, juntos con los vecinos, que más lo necesitan, porque es pan compartido.
No se puede negar el pan, es para ser compartido. El que tiene hambre, entra en la misma categoría de los pobres y necesitados, a los cuales nos compromete atender, la misericordia. Es una llamada a la conversión y a la misericordia.
Adaptación del texto de
Servicio Bíblico Latinoamericano
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