La condición esencial, para el perdón divino. Jueves, 12 de agosto 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 11 ago 2021
- 2 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Decimonovena semana
Jueves, 12 de agosto 2021
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen
Oración:
Señor Dios, cuya providencia, no se equivoca en sus designios, te rogamos humildemente, que apartes de nosotros, todo lo que pueda causarnos algún daño y nos concedas, lo que pueda sernos de provecho. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera lectura: Josué 3, 7-11. 13-17
Josué, les dijo a los israelitas: En esto conocerán, que el Dios vivo, está en medio de ustedes y que destruirá ante sus ojos a los cananeos. El arca de la alianza, del Señor de toda la tierra, va a pasar el Jordán, delante de ustedes y en cuanto los pies de los sacerdotes, que llevan el arca de la alianza, del Señor de toda la tierra, toquen el Jordán, las aguas que van hacia abajo, seguirán corriendo y las que vienen de arriba, se detendrán, formando un muro (Josué 3, 9-11. 13).
Salmo: 113A, 1-6
Bendigamos, al Señor. Al verlos, el mar huyó, el Jordán se echó para atrás; los montes, saltaron como carneros y las colinas, como corderos. (Salmo: 113A, 3-4).
Evangelio: San Mateo 18, 21-35. 19, 1
El evangelista San Mateo, proclama que, Pedro, se acercó a Jesús y le preguntó: Si mi hermano me ofende ¿Cuántas veces, tengo que perdonarlo? ¿Hasta, siete veces? Jesús, le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.” (Mateo 18, 21).
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

La condición esencial, para el perdón divino
Es que nosotros, perdonemos al prójimo, como Él nos perdona. Actuar perdonando, es reflejar el Reino. Negarse a perdonar, nos sitúa fuera del Reino y por consecuencia, fuera de la esfera, del amor misericordioso de Dios. Él, es capaz, de tomar todos nuestros pecados, nuestras deudas, para obtener el perdón.
No hay lugar, para la venganza personal, porque uno siempre vive, en el amor misericordioso del Padre; y por tanto, debemos compartir, ese amor misericordioso, con los demás.
La condición esencial, para el perdón divino, es que nosotros, perdonemos al prójimo, como Él nos perdona. Actuar perdonando, es reflejar el Reino.
Negarse a perdonar, nos sitúa fuera del Reino y por consecuencia, fuera de la esfera, del amor misericordioso de Dios. Él, es capaz, de tomar todos nuestros pecados, nuestras deudas, para obtener el perdón; pero no puede tolerar, el abuso de que, siendo pecadores, nos neguemos a perdonar, las mínimas ofensas, que se nos hacen.
Adaptación del texto de
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