La gracia divina, es un tesoro de gran valor. Jueves, 6 de mayo 2021 (Reflexión)

Tiempo de Pascua – Ciclo B

Quinta semana

Jueves, 6 de mayo 2021

• Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 15, 7-21

San Lucas, nos dice que, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: Dios, me escogió entre ustedes, para que los gentiles oyeran de mi boca, el mensaje del Evangelio y creyeran... creemos, que lo mismo ellos que nosotros, nos salvamos por la gracia del Señor Jesús... Santiago, resumió la discusión, diciendo: …a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles, que se convierten a Dios; basta escribirles, que no se contaminen con la idolatría… (Hechos 15, 7. 11. 13. 19-20)

• Salmo: 95, 1-3. 10

Cantemos, la grandeza del Señor. Aleluya. Proclamemos, su amor día tras día; su grandeza, anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas. (Salmo: 95, 2-3)

• Evangelio: San Juan 15, 9-11

El evangelista San Juan, proclama que, Jesús, dijo a sus discípulos: “Como el Padre, me ama, así los amo yo. Permanezcan, en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo, cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto, para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”. (Juan 15, 9-11)

Lecturas consultadas en:

Id y enseñad,

La Biblia Latinoamérica,

La Biblia de las Américas y

Nuevo Misal del Vaticano II

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La gracia divina, es un tesoro de gran valor

Que, desde el momento, en que nos valemos de ella, nos hace partícipes de la amistad con Dios (Sabiduría 7, 14). Delante de Dios, somos sólo débiles creaturas, pobres servidores. Pero he aquí, que podemos llegar, a ser los amigos muy queridos, de nuestro Creador.

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Crean, que no existe en el mundo, ni amigo, ni hermano, ni padre, ni madre, ni esposo, ni novio; que los ame más, que su Dios. La gracia divina, es ese tesoro de gran valor, ese tesoro infinito, del que habla el Sabio. Desde el momento, que nos valemos de ella, nos hace partícipes de la amistad con Dios (Sabiduría 7, 14).

Delante de Dios, somos sólo débiles creaturas, pobres servidores. Pero he aquí, que podemos llegar, a ser los amigos muy queridos, de nuestro Creador. Con el propósito, de hacernos confiar en él, se humillo (Filipenses 2, 7), hasta hacerse hombre, para conversar familiarmente con ellos (Baruc 3, 38). No era suficiente, se hizo niño, se hizo pobre, por decreto de justicia, se dejó poner a muerte, delante de todo el pueblo, sobre una cruz. Más aún, va hasta situarse, como especies de pan y vino, para hacerse, nuestro compañero de cada día y unirse, con unión íntima, a cada uno de nosotros; El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él (Juan 6, 56).

Se diría, que tiene amor sólo por ustedes, tanto los ama. Por eso, deben amarlo a Él y a nadie más. De Él ustedes pueden y deben decir: Mi Amado es a mí y yo soy a Él (Cantares 2, 16). Mi Dios, se ha dado sin reservas y sin reservas me doy a él. Fui elegido por Él, como objeto de su ternura. Él entre miles, entre todos, blanco y bermejo (Cantares 5, 10), amable y amante, elegido de mi corazón, el único que quiero amar.

Adaptación del texto de San Alfonso María de Ligorio (1696-1787)

Obispo y doctor de la Iglesia