Las obras de Jesús. Miércoles, 17 de marzo 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 16 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 mar 2021
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Cuarta semana
Miércoles, 17 de marzo 2021
Primera lectura: Isaías 49, 8-15
El profeta Isaías, proclama que, esto dice, el Señor: “En el tiempo de la misericordia, te escuché; en el día de la salvación, te auxilié. Yo te formé y te he destinado, para que seas alianza del pueblo; para restaurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros, Salgan; y a los que están en tinieblas, Vengan a la luz. (Isaías 49, 8-9)
Salmo: 144, 8-9. 13-14. 17-18
El Señor, es compasivo y misericordioso. El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor, para con todos y su amor, se extiende a todas sus creaturas. (Salmo: 144, 8-9)
Evangelio: San Juan 5, 17-30
El evangelista San Juan, proclama que, Jesús, dijo a los judíos y les habló en estos términos: Yo les aseguro, que el Hijo no puede, hacer nada por su cuenta y sólo hace, lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras, todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo, da la vida, a quien él quiere dársela”. (Juan 5, 19-21)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Las obras, de Jesús
Le competen solamente al Padre, de donde se trasluce la verdad, de la que sus adversarios lo acusan, pero con una salvedad; Él, no se arroga ser igual a Dios, porque no hace, ni dice nada, que no le venga del Padre. Su obediencia, muestra, que es un autentico enviado del Padre.
Las obras de Jesús, muestran que es un enviado auténtico de Dios, para darle vida a su pueblo. Jesús, refiere dos obras, que sobrepasan con mucho, las curaciones que él ha venido haciendo, en el relato evangélico de Juan; resucitar a los muertos y juzgar a los incrédulos. Ambas obras, le competen solamente a Dios, de donde se trasluce la verdad, de la que sus adversarios lo acusan, pero con una salvedad; Él, no se arroga ser igual a Dios, porque no hace, ni dice nada, que no le venga del Padre.
En su caminar, el cristiano, mira continuamente a Jesús, para regular sus propias actitudes y actos, a nadie más. Ser discípulo de Cristo, es vivir buscando la voluntad de Dios, para vivir orientados hacia Él, como Jesús. Consideremos, si lo que hacemos, produce vida o no, no solo a nosotros, sino a las personas que queremos y nos quieren. La vida verdadera, muchas veces se consigue, al costo de la cruz.
¿Nuestras obras dicen, que vivimos haciendo la voluntad de Dios?
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano

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