Nuestro Señor, Jesús. Martes, 23 de febrero 2021 - (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 22 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Primera semana
Martes 23 de febrero – 2021
Primera lectura: Isaías 55, 10-11
El profeta Isaías, proclama que, así dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve; y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer; así será, la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión” (Isaías 55, 10-11)
Salmo: 33, 4-7. 16-19
El Señor, libra al justo, de todas sus angustias. Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor, escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. (Salmo: 33, 6-7)
Evangelio: San Mateo 6, 7-15
El evangelista San Mateo, proclama que, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho como los paganos, que se imaginan que, a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe, lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.” (Mateo 6, 7-13)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Nuestro Señor, Jesús
Acudió tres veces al Padre Eterno y las tres veces oró con la misma palabra del Padre Nuestro, como dicen los Evangelistas, diciendo: Padre, si no puede ser, sino que tengo que beber este cáliz, hágase tu voluntad (Mateo 26, 39).
En las demás ceremonias, acerca del rezar y otras devociones, no quieran arrimar la voluntad, a otras ceremonias y modos de oraciones, de las que nos enseñó Cristo (Mateo 6, 9-13; Lucas 11, 1-2); que claro está que, cuando sus discípulos le rogaron, que les enseñara a orar, les diría todo, lo que hace al caso, para que nos oyera el Padre Eterno, como el que tan bien conocía su condición; y sólo nos enseñó, aquellas siete peticiones del Padre Nuestro, en que se incluyen, todas nuestras necesidades espirituales y temporales; y no nos dijo, otras muchas maneras de palabras y ceremonias.
Antes, en otra parte, nos dice, que cuando oremos, no queramos hablar mucho, porque bien sabe nuestro Padre celestial, lo que nos conviene (Mateo 6, 7-8). Sólo encargó, con mucho encarecimiento, que perseveráramos en oración; a saber, en la del Padre Nuestro; diciendo en otra parte, que conviene siempre orar y nunca dejar de hacerlo (Lucas 18, 1). Mas no enseñó variedades de peticiones, sino que éstas se repitiesen, muchas veces con fervor y con cuidado; porque, como digo, en éstas se encierra todo, lo que es voluntad de Dios y todo lo que nos conviene. Que, por eso, cuando Nuestro Señor Jesús, acudió tres veces al Padre Eterno, las tres veces oró con la misma palabra del Padre Nuestro, como dicen los Evangelistas, diciendo: Padre, si no puede ser, sino que tengo que beber este cáliz, hágase tu voluntad (Mateo 26, 39).
Adaptación del texto de San Juan de la Cruz (1542-1591)
Carmelita descalzo, doctor de la Iglesia

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