Por falta, de un trozo de pan. Viernes, 25 de junio 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 24 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 jun 2021
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Decimosegunda semana
Viernes, 25 de junio 2021
Primera lectura: Génesis 17, 1. 9-10. 15-22
Abraham, se postró en tierra y se puso a reír, diciendo en su interior: ¿Podrá un hombre de cien años, tener un hijo; y Sara, a sus noventa, podrá dar a luz? Entonces Abraham, le dijo a Dios: Me conformo, con que le conserves la vida a Ismael. Dios le respondió: “Sara, tu esposa, te dará un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Con él y con sus descendientes, estableceré mi alianza, una alianza perpetua.” (Génesis 17, 17-19).
Salmo: 127, 1-5
Dichoso, el que teme al Señor y sigue sus caminos. Dichoso, el que teme al Señor y sigue sus caminos; comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. (Salmo: 127, 1-2)
Evangelio: San Mateo 8, 1-4
El evangelista San Mateo, proclama que, cuando Jesús, bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto, se le acercó un leproso, se postró ante él y le dijo: Señor, si quieres, puedes curarme. Jesús, extendió la mano y lo tocó, diciéndole: “Sí quiero, queda curado”. Inmediatamente, quedó limpio de la lepra. (Mateo 8, 1-3)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Por falta, de un trozo de pan
Hay mucha gente, que muere en el mundo; pero hay muchos más, que mueren, por falta de un poco de amor. Señor, si quieres, puedes curarme. Jesús, extendió la mano y lo tocó, diciéndole: “Sí quiero, queda curado”.(Mateo 7, 1- 3). La pobreza de Occidente, es una pobreza diferente. No es sólo, una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Sigamos el ejemplo de Jesús, siempre dispuesto a curarlo todo.
En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra, sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos, cuidar las enfermedades del cuerpo, por medio de la medicina; pero el único remedio, para la soledad, el desconcierto y el desespero, es el amor.
Hay mucha gente, que muere en el mundo, por falta, de un trozo de pan; pero hay muchos más, que mueren, por falta de un poco de amor. La pobreza de Occidente, es una pobreza diferente. No es sólo, una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Existe un hambre de amor, como existe un hambre de Dios.
Adaptación del texto de Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
Fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
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