Prefiero, una iglesia, que sale a la calle. Martes, 8 de junio 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 7 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun 2021
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Décima semana
Martes, 8 de junio 2021
Primera lectura: 2 Corintios 1, 18-22
San Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los corintios les dice: Hermanos: Dios es testigo, de que la palabra, que les dirigimos a ustedes, no fue primero sí y luego no. Cristo Jesús, el Hijo de Dios, a quien Silvano, Timoteo y yo, les hemos anunciado, no fue primero sí y luego no. Todo él, es un sí. En él, todas las promesas, han pasado a ser realidad. (2 Corintios 1, 18-20)
Salmo: 118, 129-133. 135
Míranos, Señor, benignamente. Haz, que sigan mis pasos tus caminos y que, no me domine la malicia. Mira, benignamente a tu siervo y enséñame, a cumplir tus mandamientos. (Salmo: 118, 133-135)
Evangelio: San Mateo 5, 13-16
El evangelista San Mateo, proclama que, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes, son la luz del mundo. No se puede ocultar, una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que, se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa. Que, de igual manera, brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras, que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”. (Mateo 5, 14-16)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Prefiero, una iglesia, que sale a la calle
Que pone en práctica, las buenas obras; y esta, no debe llevarnos a la arrogancia. La misión del discípulo es, ser luz y sal… para la mayor gloria de Dios. Papa Francisco
Después de proclamar las bienaventuranzas, Jesús, da a conocer, lo que piensa y espera de sus seguidores: aunque sean, un grupo ínfimo, dentro del vasto Imperio Romano, han de ser la sal, que necesita la tierra y la luz, que le hace falta al mundo.
Tanto la sal, como la luz, no pueden permanecer aisladas u ocultas, porque entonces, no sirven para nada. La sal, necesita, entrar en contacto con los alimentos, para darles sabor y evitar que se corrompan; y la luz, debe ser colocada en lo alto, para iluminar.
Al respecto, el Papa Francisco, dice: Prefiero, una iglesia accidentada, herida y manchada, por salir a la calle, que una iglesia enferma, por el encierro y la comodidad, de aferrarse a las propias seguridades (Evangelii Gaudium 49). El texto termina, con un llamado, a evitar el orgullo y la vanidad: la práctica de las buenas obras, no debe llevarnos a la arrogancia. La misión del discípulo es, ser luz y sal… para la mayor gloria de Dios.
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano
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