Recojan, los trozos sobrantes. (Homilía dominical)
- Eduardo Ibáñez García
- 24 jul 2021
- 4 Min. de lectura
Tiempo Ordinario II – Ciclo B
Decimoséptimo domingo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amen
Oración:
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte, ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia, para que, bajo tu dirección, nos sirvamos ahora, de los bienes pasajeros, de tal modo, que nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera lectura: 2 Reyes 4, 42-44
Llegó de Baal-Salisá, un hombre que traía, para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga. Entonces, Eliseo dijo a su criado: Dáselos a la gente, para que coman. Pero él, le respondió: ¿Cómo voy, a repartir estos panes, entre cien hombres? Eliseo, insistió: Dáselos a la gente, para que coman, porque esto, dice el Señor: Comerán todos y sobrará. El criado, repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el Señor. (2 Reyes 4, 42-44).
Salmo: 144, 10-11. 15-18
Bendeciré al Señor, eternamente. Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. (Salmo: 144, 10-11)
Segunda lectura: Efesios 4, 1-6
San Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los efesios les dice: Hermanos: Esfuércense, en mantenerse unidos en el espíritu, con el vínculo de la paz. Porque, no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu; como también, una sola es la esperanza del llamamiento, que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos. (Efesios 4, 3-6).
Evangelio: San Juan 6, 1-15
El evangelista San Juan, proclama que, a Jesús, lo seguía mucha gente; …entonces, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan, para que coman éstos?” …Otro de sus discípulos, Andrés, le dijo: Aquí hay un muchacho, que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero ¿Qué es eso, para tanta gente? Jesús, le respondió: “Díganle a la gente, que se siente.” …Tan sólo los hombres eran unos cinco mil. Enseguida, tomó Jesús los panes; y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo, a los que se habían sentado a comer. Igualmente, les fue dando de los pescados, todo lo que quisieron y todos, se saciaron. con los pedazos, que sobraron de los cinco panes, llenaron doce canastos. (Juan 6, 2. 5-6. 8-13).
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

El pan de vida: la multiplicación
(Juan 6)
Entonces, Jesús, tomo los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados y todos recibieron cuanto quisieron. (Versículo 11).
Recojan, los trozos sobrantes
Durante varios domingos, el Evangelio, está tomado, del discurso que pronunció Jesús, sobre el pan de vida, en la sinagoga de Cafarnaúm; y que refiere, el evangelista San Juan. El pasaje de este domingo, viene del episodio de la multiplicación de los panes y los peces, que hace de introducción, al discurso eucarístico.
No es casualidad, que la presentación de la Eucaristía, comience, con el relato de la multiplicación de los panes. Con ello, se viene a decir, que no se puede separar, en el hombre, la dimensión religiosa, de lo material; no se puede proveer, sus necesidades espirituales y eternas, sin preocuparse, a la vez, de sus necesidades terrenas y materiales.
Fue precisamente ésta, por un momento, la tentación de los apóstoles. En otro pasaje del Evangelio, se lee, que ellos sugirieron a Jesús, que despidiera a la multitud, para que fuera a los pueblos vecinos, a buscar qué comer. Pero, Jesús, respondió: ¡Denles ustedes, de comer! (Mateo 14, 16). Con ello, Jesús, no pide a sus discípulos, que hagan milagros. Pide, que hagan, lo que pueden. Poner en común y compartir, lo que cada uno tiene. En aritmética, multiplicación y división, son dos operaciones opuestas, pero en este caso, son lo mismo. ¡No existe multiplicación sin partición (o compartir)!
Este vínculo, entre el pan material y el espiritual, era visible en la forma, en que se celebraba la Eucaristía, en los primeros tiempos de la Iglesia. La Cena del Señor, llamada entonces ágape, acontecía en el marco de una comida fraterna, en la que se compartía tanto el pan común, como el eucarístico. Ello hacía, que se percibieran como escandalosas e intolerables, las diferencias, entre quien no tenía nada que comer y quien se embriagaba (1 Corintios 11, 20-22). Hoy, la Eucaristía, ya no se celebra, en el contexto de la comida común, pero el contraste, entre quien tiene lo superfluo y quien carece de lo necesario, no ha disminuido, es más, ha asumido dimensiones planetarias.
Sobre este punto, tiene algo que decirnos también, el final del relato. Cuando todos se saciaron, Jesús, ordena: Recojan, los trozos sobrantes, para que nada se pierda. Nosotros vivimos, en una sociedad, donde el derroche es habitual. Hemos pasado, en cincuenta años, de una situación, en la que se iba al colegio o a la Misa dominical, llevando hasta el umbral, los zapatos en la mano, para no gastarlos; a una situación, en la que se tira el calzado casi nuevo, para adaptarse a la moda cambiante.
El derroche más escandaloso, sucede en el sector de la alimentación. Una investigación, del Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos, revela que, una cuarta parte de los productos alimentarios, acaba cada día en la basura, por no hablar, de lo que se destruye deliberadamente, antes de que llegue al mercado. Jesús, no dijo aquel día: Destruyan, los trozos sobrantes, para que el precio del pan y del pescado, no baje en el mercado. Pero, es lo que precisamente, se hace hoy.
Bajo el efecto, de una publicidad machacona, gastar, no ahorrar; es actualmente, la contraseña en la economía. Cierto: no basta, con ahorrar. El ahorro, debe permitir a los individuos y a las sociedades de los países ricos, ser más generosos, en la ayuda a los países pobres. Si no, es avaricia, más que ahorro.
Adaptación del texto de la homilía del
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