Reflexión del día viernes, 9 de octubre - 2020
- Eduardo Ibáñez García
- 8 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Tiempo Ordinario – Ciclo A
Vigesimoséptima semana
Viernes 9 de octubre – 2020
Primera lectura: Gálatas 3, 7-14
San Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los gálatas les dice: Hermanos: Entiendan, que los hijos de Abraham son aquellos, que viven según la fe. La Escritura, conociendo de antemano, que Dios justificaría a los paganos por la fe, le adelantó a Abraham esta buena noticia: Por ti serán bendecidas, todas las naciones. Por consiguiente, los que viven según la fe, serán bendecidos, junto con Abraham, que le creyó a Dios. (Gálatas 3, 7-9)
Salmo: 110, 1-6
Alabemos a Dios, de todo corazón. Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. (Salmo: 110, 1-2)
Evangelio: San Lucas 11, 15-26
El evangelista San Lucas, proclama que, cuando Jesús, expulsó a un demonio, algunos dijeron: Este expulsa a los demonios, con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios... "Entonces, ¿Con el poder de quién, los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios, por el poder de Dios, eso significa, que ha llegado a ustedes, el Reino de Dios”. (Lucas 11, 15. 19-20)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

La maldición de la ley
Es el hecho de que la ley, que exige estricta observancia, no genera la fe que salva, por lo contrario, deja en la ilusión de ser justificados, solo por las obras que son realizadas.
En su explicación sobre la ley y el Espíritu, San Pablo, habla de la maldición de la ley; entendiendo con eso, el hecho de que la ley, que exige estricta observancia, no genera la fe que salva, por lo contrario, deja en la ilusión de ser justificados, solo por las obras que son realizadas. En la experiencia paulina, sólo la fe en Cristo muerto y resucitado, salva.
Una de las armas, para arruinar a las personas, por lo menos temporalmente, es desprestigiarla, desacreditarla. En el Evangelio, Jesús, es tachado de estar poseído por belcebú, por su práctica y su discurso.
La novedad que el cristianismo trajo, en relación al judaísmo, era provocadora para los judíos, que no aceptaban una lógica diferente, de la que ellos conocían. Por eso, el conflicto con Jesús y también con San Pablo, que representan una peligrosa innovación.
El conflicto se resuelve, aceptando que el Reino ha llegado, desde que Jesús expulsa a los demonios, con el dedo de Dios.
¿Hay conflictos, en tu comunidad cristiana? ¿Las normas, están sofocando al Espíritu?
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano
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