Reflexión del día Jueves, 10 de diciembre - 2020

Tiempo Ordinario – Ciclo B

Segunda semana

Jueves 10 de diciembre – 2020

• Primera lectura: Isaías 41, 13-20

El profeta Isaías, proclama que, el Señor dice: “Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda… Yo, el Señor, les daré una respuesta; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales… para que todos vean y conozcan, adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor la que hace esto, que es el Señor de Israel quien lo crea”. (Isaías 41, 13. 17-18. 20.)

• Salmo: 144, 1. 9-13

Bueno es el Señor, para con todos. Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Bueno es el Señor, para con todos y su amor, se extiende a todas sus creaturas. (Salmo: 144, 1. 9)

• Evangelio: San Mateo 11, 11-15

El evangelista San Mateo, proclama que, Jesús, dijo a la gente: “Yo les aseguro, que no ha surgido entre los hijos de una mujer, ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él”. (Mateo 11, 11)

Lecturas consultadas en:

Id y enseñad,

La Biblia Latinoamérica,

La Biblia de las Américas y

Nuevo Misal del Vaticano II

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Dios cuida de nosotros…

…para que nosotros, a su vez, cuidemos a quienes nos rodean. En el Adviento, debemos recordar, que antes es gracia de Dios, que esfuerzo humano. Aceptemos el reto.

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A partir de hoy, hasta el 17 de diciembre, seremos acompañados especialmente, por la misión encomendada a San Juan Bautista. Él nos recuerda a todos aquellos, que deseamos preparar la llegada del Mesías, estar atentos a los signos de los tiempos, las personas y los lugares, para encontrarse con el Señor.

Este día, San Juan Bautista, presenta la grandeza del Reino y del Redentor, que como dice Isaías, es el Santo de Israel; y el Evangelio nos presenta, a San Juan Bautista, por esa razón, como el más grande nacido, pero el más pequeño del Reino. Ojalá, entendamos que, en esta etapa del adviento, somos llamados a asumir actitudes concretas: prestar atención, cambiar de vida, reconocer, convertirse y más.

Dios cuida de nosotros, para que nosotros, a su vez, cuidemos a quienes nos rodean. En el Adviento, debemos recordar, que antes es gracia de Dios, que esfuerzo humano. Aceptemos el reto.

¿Entiendes la enorme oportunidad que se te brinda, de entrar a formar parte del Reino y a acoger, el invaluable don de la dignidad de ser hijo de Dios?

Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano