Reflexión del día viernes, 11 de diciembre - 2020
- Eduardo Ibáñez García
- 23 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Tiempo Ordinario – Ciclo B
Segunda semana
Viernes 11 de diciembre – 2020
Primera lectura: Isaías 48, 17-19
El profeta Isaías, proclama que, esto dice el Señor, tu redentor, el Dios de Israel: “Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye, en lo que es provechoso; el que te guía, por el camino que debes seguir. ¡Ojalá, hubieras obedecido mis mandatos! Sería tu paz, como un río y tu justicia, como las olas del mar”. (Isaías 48, 17-18)
Salmo: 1, 1-4. 6
Dichoso el hombre, que confía en el Señor. Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. (Salmo: 1, 1-2)
Evangelio: San Mateo 11, 16-19
El evangelista San Mateo, proclama que, Jesús, dijo: “¿Con qué podré comparar, a esta gente? Es semejante a los niños, que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros, para gritarles: Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía y dijeron: Tiene un demonio. Viene el Hijo del hombre y dicen: Ese es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras”. (Mateo 11, 16-19)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Tomemos en serio a Cristo y a su Iglesia
Y eso, cambiará nuestra vida. La sabiduría se reconoce, por sus obras.
El capricho y la terquedad, son obstáculos para el tiempo de Adviento; y para cualquier época del año, en nuestra vida; pues impiden, que la gracia de Dios pueda actuar, plenamente en nosotros. El profeta Isaías y San Mateo nos lo recuerdan.
Muchos cristianos, que buscan hacer las cosas a su modo, quieren los tiempos a su gusto, son rebeldes, se parecen, al pueblo que no atiende los mandatos de Dios o a los niños caprichosos, que no entran al juego.
Hoy, la Palabra nos invita, a escuchar al Señor en sus mandamientos, a escuchar a San Juan, en su invitación a preparar el camino, a escuchar a Jesús en su propuesta del Reino de Dios. No seamos de las personas, crónicamente insatisfechas, que se refugian en la crítica, viendo sólo lo negativo en la historia y en las personas, con una queja constante.
Tomemos en serio a Cristo y a su Iglesia; y eso, cambiará nuestra vida. La sabiduría se reconoce, por sus obras.
¿Cuánta terquedad, obstinación, infantilismo e inmadurez, habitan en mi corazón?
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano

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