Se entregó como esclavo, para rescatar a un pobre. Miércoles, 26 de mayo 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 25 may 2021
- 3 Min. de lectura
Tiempo ordinario II – Ciclo B
Octava semana
Miércoles, 26 de mayo 2021 – Memoria, de San Felipe Neri
Primera lectura: Eclesiástico 36, 1-2. 5-6. 13-19
Míranos y ten piedad de nosotros, Señor, Dios del universo; infunde tu temor, a todas las naciones, para que ellas sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay otro Dios fuera de ti… Por amor a tu pueblo, escucha las súplicas de tus siervos; y que toda la tierra reconozca, que tú eres el Señor, el Dios eterno. (Eclesiástico 17, 1-2. 16-17)
Salmo: 78, 8-9. 11. 13
Muéstranos, Señor, tu misericordia. Para que sepan, quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan, quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. (Salmo: 78, 9)
Evangelio: San Marcos 10, 32-45
El evangelista San Marcos, proclama que, Jesús y sus discípulos, iban camino de Jerusalén; y Él, se les iba adelantando. Los discípulos, estaban sorprendidos y la gente que lo seguían, tenía miedo. Él, se llevó aparte, otra vez a los Doce y se puso a decirles, lo que le iba a suceder: “Ya ven, que nos estamos dirigiendo a Jerusalén; y el Hijo del hombre, va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos; se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará”. (Marcos 10, 32-34)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II


San Felipe, nació en Florencia, Italia, en 1515. Su padre, se llamaba Francisco Neri. Desde pequeño, demostraba tal alegría y tan grande bondad, que la gente lo llamaba: Felipín, el bueno. En su juventud, dejó fama de amabilidad y alegría, entre sus compañeros y amigos.
Se entregó como esclavo, para rescatar a un pobre
Siendo Dios, queriendo rescatarnos, de la esclavitud del diablo y de la muerte, que nos era debida; Él mismo se hace esclavo, se deja atar y clavar en la cruz. Para que el siervo, llegue a ser amo, dice san Agustín, Dios ha querido, hacerse siervo.
Un Dios, que sirve, que barre la casa, que se entrega a trabajos duros –uno sólo, de estos pensamientos ¡cómo debería ser suficiente, para llenarnos de amor! Cuando el Salvador, se puso a predicar su Evangelio, se hizo, el servidor de todos, declarando, Él mismo, que no había venido, a ser servido, sino a servir. Es como si hubiera dicho, que quería ser, el servidor de todos los hombres. Y al final de su vida, no se contentó, dice san Bernardo, con haber tomado, la condición de siervo, para ponerse al servicio de los hombres; ha querido escoger, el aspecto de siervo indigno, para ser maltratado y sufrir la pena, que teníamos merecida, por nuestros pecados.
He aquí, que el Señor, siervo obediente a todos, se somete a la sentencia de Pilato, aun por injusta que fuera; y se entrega, a los verdugos… Así es, que Dios, nos ha amado tanto que, por amor a nosotros, ha querido obedecer, como un esclavo, hasta la muerte; y morir, en una muerte dolorosa e infame; el suplicio, de la cruz (Filipenses 2, 8).
Ahora bien, en todos estos acontecimientos, obedecía no como Dios, sino como hombre, de quien había asumido, la condición de esclavo. Tal santo, se entregó como esclavo, para rescatar a un pobre; y con ello, por este acto, heroico de caridad, se atrajo la admiración del mundo. Pero, ¿Qué es esta caridad, comparada con la del Redentor? Siendo Dios, queriendo rescatarnos, de la esclavitud del diablo y de la muerte, que nos era debida; Él mismo se hace esclavo, se deja atar y clavar en la cruz. Para que el siervo, llegue a ser amo, dice san Agustín, Dios ha querido, hacerse siervo.
Adaptación del texto de San Alfonso María de Ligorio (1696-1787)
Obispo y doctor de la Iglesia
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