Seguir, a Jesús. Jueves, 18 de febrero 2021 - (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 17 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 feb 2021
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Jueves después de ceniza
18 de febrero – 2021
Primera lectura: Deuteronomio 30, 15-20
Moisés habló al pueblo, diciendo, esto dice el Señor: “Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra, de que les he propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a Él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra, que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”. (Deuteronomio 30, 19-20)
Salmo: 1, 1-4. 6
Dichoso el hombre, que confía en el Señor. Dichoso aquel, que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos, ni se burla del bueno; que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. (Salmo: 1, 1-2)
Evangelio: San Lucas 9, 22-25
El evangelista San Lucas, proclama que, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario, que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”. Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto ¿De qué le sirve al hombre, ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?”. (Lucas 9, 22-25)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Seguir a Jesús
No es como volverse incondicional, de un predicador evangélico, de los que llenan plazas, estadios y miden su éxito, por el grosor de la cuenta bancaria. Debe sorprendernos, que existan seguidores así, más consumidores, que auténticos discípulos. Jesús, no pide renunciar a sí mismo, para adoptar un modo enajenante de vida; sino, justo lo contrario. En la cruz, se mide la fidelidad, a la coherencia de vida, que exige el Reino de Dios.
Seguir a Jesús, no es como volverse seguidor de una estrella de cine, mucho menos hacerse secuaz de algún líder político o incondicional de un predicador evangélico, de los que llenan plazas, estadios y miden su éxito, por el grosor de la cuenta bancaria.
Debe sorprendernos, que existan seguidores así, más consumidores, que auténticos discípulos. Jesús, no pide renunciar a sí mismo, para adoptar un modo enajenante de vida; sino, justo lo contrario. En la cruz, se mide la fidelidad, a la coherencia de vida, que exige el Reino de Dios.
Con la figura del Hijo del Hombre, queda claro, que el seguimiento de Jesús, exige tomar esa decisión a diario: ponderar, los costos del discipulado. Ser cristiano, no es asunto, que se resuelva de una vez por todas; porque consiste, en un modo de vivir tal, que hace realidad, la experiencia de Dios en medio de nosotros. Ser fieles a los criterios de vida y de acción de Jesús, se tiene que verificar constantemente.
¿Qué motiva, nuestra decisión de seguir a Jesús? ¿Cuál es, el precio de nuestro discipulado?
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano

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