Solo la misericordia, salvará al mundo - (3ª. parte) T-10 9-11-19

Solo la misericordia, salvará al mundo

Lo opuesto de la misericordia no es la justicia, sino la venganza.

La injusticia, que es el mal como realidad, no puede simplemente ser ignorado y dejado de lado; tiene que ser descargado y vencido; esta acción, es la verdadera misericordia; y viendo, que los hombres no son capaces, lo hace el mismo Dios. Esta es, la bondad incondicional de Dios.

Jesús, hasta el final, quiso quedarse de amigo de los pecadores; y por eso, muere como ellos y con ellos.

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3. La bondad incondicional de Dios

P. Raniero Cantalamessa

¿Qué fue tan importante, de lo que sucedió en la cruz, al punto de justificar este cambio radical, en los destinos de la humanidad?

En su libro, sobre Jesús de Nazaret, Benedicto XVI escribió:

La injusticia, que es el mal como realidad, no puede simplemente ser ignorado, dejado de lado; tiene que ser descargado y vencido; esta acción, es la verdadera misericordia; y que ahora, viendo que los hombres no son capaces, lo hace el mismo Dios. Esta es, la bondad incondicional de Dios.

Dios, no se ha contentado, de solo perdonar los pecados del hombre; ha hecho infinitamente más, los ha tomado sobre sí y se los ha endosado. El Hijo de Dios, dice Pablo, se ha hecho pecado, a nuestro favor, ¡Qué terribles palabras!

Ya en la Edad Media, había quien tenía dificultad, en creer que Dios, exigiera la muerte del Hijo, para reconciliar el mundo a sí. San Bernardo, respondió así: No fue la muerte del Hijo, la que le gustó a Dios; más bien, su voluntad de morir, espontáneamente por nosotros ¡No fue la muerte, por lo tanto, sino el amor, el que nos ha salvado!

El amor de Dios alcanzó al hombre, en el punto más lejano, en el que se había metido, huyendo de él o sea en la muerte. La muerte de Cristo, tenía que aparecer para todos, como la prueba suprema, de la misericordia de Dios, hacia los pecadores. Este es el motivo, por el que esta, no tiene ni siquiera, la manifestación de una cierta soledad; sino que viene encuadrada, en aquella presencia de los dos ladrones.

Jesús, quiso quedarse hasta el final, de amigo de los pecadores; y por eso, muere como ellos y con ellos.