Tener, conciencia cristiana propia. Martes, 23 de marzo 2021 (Reflexión)
- Eduardo Ibáñez García
- 22 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 mar 2021
Tiempo de Cuaresma – Ciclo B
Quinta semana
Martes, 23 de marzo 2021
Primera lectura: Números 21, 4-9
Los hebreos, salieron del monte Hor, en dirección al mar Rojo… pero por el camino, el pueblo se impacientó; y murmuró, contra Dios y contra Moisés… Entonces, envió Dios contra el pueblo, serpientes venenosas, que los mordían; y murieron, muchos israelitas... El pueblo, acudió a Moisés… que rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido, por las serpientes y mire, la que tú hagas, vivirá”. (Números 21, 4-8)
Salmo: 101, 2-3. 16-21
Señor, escucha mi plegaria. Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia, lleguen mis clamores. En el día de la desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida respóndeme. (Salmo: 101, 2-3)
Evangelio: San Juan 8, 21-30
El evangelista San Juan, proclama que, Jesús, dijo a los judíos: “…morirán en sus pecados, porque si no creen, que Yo Soy, morirán en sus pecados. Mucho es, lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar.” Jesús, prosiguió: “Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán, que Yo Soy y que no hago nada, por mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo". (Juan 8, 24. 26. 28)
Lecturas consultadas en:
Id y enseñad,
La Biblia Latinoamérica,
La Biblia de las Américas y
Nuevo Misal del Vaticano II

Tener, conciencia cristiana propia
Es lo que identifica al cristiano y para llegar a obtenerla, es por medio de un proceso gradual, que no siempre procede de una sola línea, sino que resulta, del cruce e interacción de varios elementos. El medio y ambiente familiar, de la infancia; determinadas experiencias puntuales, de la adolescencia; el cambiante círculo, de relaciones juveniles; los vaivenes laborales y familiares, de la adultez.
En la historia de cada persona, hay momentos de discernimiento, en los que algo se acomoda en su lugar; y algo, hace sentido, de una manera diferente. Ese momento, en el que se llega recapacitar, con respecto a quién es Jesús, será el levantamiento de cada persona, del que nos habla San Juan, en el evangelio de hoy.
Se trata, de atenerse, a la razón de su muerte en cruz y a su resurrección de entre los muertos. Ese momento, le dará consistencia, a todo lo hecho y dicho por Jesús, de una nueva forma. Para cada persona, esa recapacitación específica, representa la explicación, que le hará comprender, el origen verdadero del enviado celeste: de que Él es de arriba.
Tener conciencia propia, es lo que identifica al cristiano; y para llegar a obtenerla, es por medio de un proceso gradual, que no siempre procede de una sola línea, sino que resulta, del cruce e interacción de varios elementos. El medio y ambiente familiar, de la infancia; determinadas experiencias puntuales, de la adolescencia; el cambiante círculo, de relaciones juveniles; los vaivenes laborales y familiares, de la adultez; son los que forjan, el modo en el que decimos Yo soy… Ese Yo soy, siempre va a estar en correspondencia, a la interacción de los elementos mencionados.
Adaptación del texto de Servicio Bíblico Latinoamericano

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